martes, 11 de octubre de 2016

TERCERA EDAD


Para Carmen Marín, 1949-2002

Habiendo perdido
a la entrañable compañera de juegos,
reflejo en cada luna del espejo,
antagonista y ánima,

anuncio
formalmente,
definitivamente,
la entrada

a la edad de los escalofríos y los recuerdos,
los distraídos diálogos internos;

la mirada perdida sobre los atardeceres,
los amaneceres escribiendo lágrimas;

las pupilas perpetuamente abiertas
hacia una niebla donde habitan fantasmas;

la sonrisa más triste ante cuerpos que exhiben
la vanidad compacta de las cosas bellas.

Del libro El jubilado de Alfredo Villanueva Collado -Estados Unidos-
Publicado en Editorial Alebrijes

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