Que triste se siente mi alma,
porque los que deben amarme; forzosamente debo llamarles,
para que me escuchen con calma.
Tengo un enemigo en mano,
la indiferencia nos aleja;
debemos mirarnos entre ceja y ceja,
evitando que el lejano sea el más cercano.
Evitemos ausentarnos estando cerca,
para que los nuestros estén con nosotros;
toma su hombro mírale el rostro,
escuchemos, por más difícil que parezca.
Temo Carlos de la Cruz -México-
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