Dice la Biblia: "de la abundancia del corazón, habla la boca"
Esa es una gran verdad,
un corazón amargado,
lleno de malsanos sentimientos,
es duro con sus hermanos,
usa hirientes palabras,
veneno puro arrojado.
Fingir humildad y afecto,
no lo hará por mucho tiempo,
tarde ó temprano,
aflora el verdadero yo,
la esencia, lo que hay por dentro.
El subconsciente traiciona,
la apariencia se termina,
la sonrisa estudiada,
bañada de hipocresía.
Pero a Dios no lo engañas,
Él conoce tu interior,
si asestaste puñaladas
y sangraste un corazón,
Dios te las lleva contadas
y ante él,
¡no hay justificación!
Maria Ernestina Torres Sánchez -México-
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