En el oeste se prensan
las desazones
lloran los duendes del vino
por los rincones.
Cuyanos, no se levanten
ya no hace falta.
No hay nada que reclamarles.
No queda nada.
Poquito a poco se fueron llevando todo
y con carteles de venta
hoy te decoran
hasta las sierras.
Agüita de las acequias
seguí de largo
no hay surco por donde puedas
cantar tu canto.
Sol de Mendoza, solcito
seguí quemando
ya no hay árboles que pongan
sombra a tus rayos.
Poquito a poco envolvieron
hasta a los duendes del vino
y hoy se los venden
a los turistas
por los caminos.
SILVANA CALVÍN -Argentina-
Publicado en Los puños de la paloma
No hay comentarios:
Publicar un comentario