Hay días en los que me levanto mucho más viejo que cuando me acosté,
que me veo en el espejo sin gafas
y olvido las ganas de ganarme la vida.
Hay días que siempre están despertando
y entonces camino arrastrando las cuatro patas.
Hay días que son la biografía de dios escrita por un ateo.
Hay días en los que mis ojeras son un actor porno.
Hay días.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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