Me cegué al escucharte
y al mirarte supe que atraparías mi anhelo
despertando versos
y colores en la pesadilla de un sueño.
Cuando dejaste en mis manos
tu calor de otoño
y atraparon mis pasos tus huellas del verano,
me di cuenta en mi sueño que mis huesos
no harían nido del frío de boreal invierno...
Qué en noches tormentosas, me di cuenta,
inventabas plenilunios para vagar de mi mano
y beber la fuente del recuerdo en la nube de celajes
del crepúsculo de otoño.
Desperté cuando soñé que un beso tuyo
sobre mi boca posaba, y pensé que la vida es sólo eso:
un sueño nomás, nomás un sueño...
Qué habías inventado el arco iris, me di cuenta
para formar la otra mitad que nos negó la luna
y encontrar la primavera
que mis pasos no siguieron cuando tus huellas perdí
atrapado en un charco de olvido...
Ricardo Flores Joya -El Salvador-
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