Vibrantes aires con sensualidad, de lejos vienen
susurros en coros, armónicos dorados
arrullando los finos portes, brisa mantienen
al acariciar esa prestancia, en estos prados.
La luna con su crespón, alumbra el lecho
donde relucientes labios, brindan su brillo
un pelo negro, enarbola hermoso trecho
cabeza erguida, es afín a este estribillo.
Nace la llama, de vivencias perecederas
agraciadas al vaivén, de cuanto tienes
calor humano, brotará en esas veredas
evocando de lo profundo, parabienes.
Reborde de boca, por instinto desencadena
tierna pasión, sobre cadencia humana
tenues pasos, llegados en forma amena
una espontánea mirada, así se emana.
Ved densidad color café, en este entorno
armoniza, la estancia con pureza
donde luces encendidas, sirven de adorno
un requinteo de suave tono, aporta fineza.
Cuan luceros, se perfila piel morena
como bronce tallado, en exteriores
embellecen tersos dotes, en forma serena
una dama elegante, muestra sus flores.
Blancos lirios lucirán, en tiempos diurnos
así el romance, se verá entusiasmado
pernoctará, con sentimientos taciturnos
la firme estampa, es llamativa al ser amado.
Emulando el sol, similitud de tez quemada
visibles ojos, resaltarán en rostro bello
elegancia corporal, se ve animada
cuando el leve viento, a esta sazón roce el cabello.
José Rafael Orozco Torres -Costa Rica-
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