lunes, 8 de abril de 2013

NUNCA ES BASTANTE


Me envuelve tu gracia adolescente
-tu ser niña no siendo-,
me rompe verte si levantas una mirada
que me vierte ojos, ojos, ojos. En secreto,
entiende al corazón el silencio
de cuanto dices. Se atiene aturdido
a tu interior y su fondo. Y aunque ampara
tu piel entendida la espera la carne
exaltada la sufre. Su asombro se adueña
del corazón y sus latidos. Que nos delata.
Y no deja de asomarse otro vivir dispuesto
a otra vida. Conduce a su vaivén
el horizonte. Lo que solo contiene
qué somos cruje de pequeño.
Le cabe más en lo que tiene.

JUAN RISUEÑO LORENTE
Publicado en su blog

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