sábado, 6 de abril de 2013

MORIBUNDA


Le quedan cien años para desaparecer
y cuatro panes que llevarse a la boca.
Cuatro panes que alimenten de vacío
toda su tierra prometida
y tantos años huyendo de la idea de que así sería.
Sus manos eternas
se mueven a compás de su senectud,
en su pelo viven ya restos de nieve,
en su olvido naufragan mil años
de memoria y vida.
Podría, sin embargo,
contarte ubérrimas historias,
pero no puede.
Le sangra la voz,
le duele el aliento,
se le ha hecho tarde repitiendo
palabras que no dicen nada.
La recuerdo callando de miedo,
llorando de hambre,
sintiendo el ayer helándole los labios
La recuerdo alejándose, sin prisa, de la muerte,
la recuerdo despojándose de sí misma,
la recuerdo jugando, armada de fe,
a la duda razonable.

Será el fin, tal vez, un folio en blanco,
un minuto de silencio,
una sonrisa lejana,
una ventana abierta,
un verdugo.
O será tal vez un millón de horas apagadas.

Del libro Olvidadizo de que lo hacía, quise quererte de ENRIQUE ROJAS GUZMÁN -Chiclana-

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