domingo, 7 de abril de 2013

IMPURAS IDEAS


Apura el profuso emerger
de impuras ideas
que soliviantan tu sentir
rebelde y exprime un corazón
desasosegado que pide calma
perdido en un marasmo de estupideces
que todo lo envuelve olvidando
que la sin razón conduce al desastre
y nunca a la cordura y a la sensatez.

No te detengas en ese árbol caído.
Él ya no te ayudará porque rompieron
sus raíces y quemaron sus ramas
en una descomunal hoguera
una noche de fiesta y orgía.
No te detenga. Busca otros apoyos.
Quizás te sirva el mar azul
que se pierde en la inmensidad
pero cuidado no lo enfurezca
porque partirá en dos tu cuerpo
con un solo golpe de sus olas.

Acércate tímidamente con simpleza
olvida tu orgullo, tu egoísmo, despréndete
de tu habitual ropaje y permítele acariciarte
lentamente hasta que crea que te posee
y entonces pídele que sea tu guía y norte.
Tal vez huya y se esconda entre las erosionadas
rocas de los acantilados; a lo mejor
te mira a los ojos y permanece a tu lado.
Actuará según lo que en ti vea
y según lo que al tocarte sienta.

Pensarás que desvarío porque el mar
ni mira, ni siente, ni huye, ni se esconde.
No lo pienses porque te equivocarás.
El mar, la mar, como prefieras llamarla
es realmente un ser sorprendente
y de él, de ella, desconocemos todo
su inmenso poder que destruye
y construye a un tiempo; deshaciéndose
y haciéndose minuto a minuto.
Siendo siempre igual pero siempre distinto.

Del libro Espejismos de JOSÉ LUIS RUBIO

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