Y te observé despacio
con mi piel y mi alma.
Invencible carrera por mi sangre.
Cantaban a coro luceros y estrellas.
Enredadera de flores
en mi pelo,
en mis manos,
en mi cuerpo.
Los suspiros danzaban en mi boca.
Manantial en mi corazón.
Por mi cabeza mágicas ilusiones.
Era...
el misterio del amor
que tocaba mi puerta.
Mª del Carmen García Moruja (Sevilla)
Publicado en la revista Aldaba 14
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