Mi beso quedó clavado
en la estrella de tu vuelo,
En tus alas un poema consistente al infinito.
Con la tinta destilada por mi lengua en tus misterios,
Una pluma enloquecida que socava tu halda;
En tu pelo una caricia conjugada en tres tiempos,
Que me toca con su brisa…
acaricia mi deseo.
En mi boca está tu huella
Que me sabe,
Me tortura
Y me crema la locura
De arrancarme todo
y tirarlo a tu nada.
Mi ahora está en tu siempre,
Siempre siento que me faltas.
Me subyuga tu deseo,
Aunque a veces me gravitas,
Solo aveces me acaricias
y apareces portento.
Una lira que resuena con ímpetu de trueno
Me devuelve tu sonrisa…
desmembrado por tu luz,
Me destruye la osadía
de quererte,
de soñarte,
de anhelarte
y entregarte…
mi reloj y mi tiempo.
De vivirte ya sin vida,
De escaparme hacia el cielo
Sin saber si podré encontrarte,
Sin una brizna de consuelo.
Has bajado de tu trono,
Has bebido mi sustancia;
Me cremaste ya la vida,
En un beso
que ahora siempre falta.
Si yo sin ti vivía…
Nunca supe de los cielos;
Por qué dejaste que sintiera
Que era dueño del universo.
Oh!... mi ángel que has volado
¡Tanto espacio!
¡Tanto cielo!
Por qué tuviste que besarme?
Por qué me diste
ese beso?
Daniel Cornelio
Publicado en el blog de siltorres
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