En cada hombre o mujer vive un artista,
de sus ineptitudes prisionero,
soñando una salida, mensajero
de clásica belleza, o vanguardista.
Es el gran ignorado. Violinista,
pintor, poeta, aislado y forastero
a instrumento, pincel, pluma y tintero,
que a su exquisita creación asista.
Su potencial se paraliza o muere
frente a la incompetencia que interfiere
o aborta su expansiva gestación.
Sólo a veces encuentra el noble clima
que asiente a su eclosión, y al fin se ultima
la génesis del arte, y su pasión.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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