AFILADO PUÑAL

Me clavaste un afilado puñal,
de esos que no derraman sangre,
y me desangré por dentro
sin apenas darme cuenta.

Ahora que cercenaste mi ilusión
que borraste años de esfuerzo
camino como un sonámbulo
sin sentir el aire en la mejilla.

No entiendo ni entenderé
que te indujo a clavarme
el puñal de tu desprecio
cuando yo siempre derramé
granos de amistad.

Me fui, ya respirarán tranquilos

quienes despreciaban mi presencia,
ya no habrá voz discordante
que discrepe ni critique.

Me fui con un pesado equipaje
de buenos recuerdos
que alegran mi lento caminar.

Atrás quedaron profundas raíces
que crecerán y darán frutos.
Hasta siempre...
Quizás vuelva algún día...
Adiós, no os olvido...

Del libro inédito Confusión de JOSÉ LUIS RUBIO