Todo permanece en su ser,
las semanas tienes siete aguas,
y el tiempo existe con plena normalidad.
en cierta ocasión desperté de un sueño,
posiblemente algo profundo.
Me levanté, como de costumbre,
sin percibir nada viejo,
mientras todo permanecía en su ser.
Al abrir la mañana, un nuevo serpollo
me abrazó.
Sentí que todo era apto en la vida
e insuficiente para producir lluvia.
Del libro " Trozos de vida " de
Pedro Javier Martín Pedrós
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