miércoles, 6 de junio de 2012

EL VIENTO ARAÑA LOS CRISTALES DE LA NOCHE


El viento araña los cristales de la noche,
creando un murmullo,
que invoca distancias
y olores perennes.

Escribo miradas cercadas,
impregnado de información,
incrustado en simetrías volátiles.

Mañana no seré yo,
iré a trabajar
y no seré yo.

Los cristales de la noche me convertirán
en el crédulo zombi de los odios y envidias
y en el canto de la impostura.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-


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