COTIDIANO
Mis muchas vidas las derramo,
en un museo cuadro a cuadro
en un paseo caminando a la intemperie en pos del infinito
en la lectura que nos recuerda que el bien y el mal se mece con ternura
avinagrada
en ver pasar la vida a la orilla de unas pintas de cerveza de noches de alcohol
profundo noches de terciopelo como el título de una película equis
en la insolencia del no escribir-encubrir
en prodigar miradas moteadas de cariño
en silenciar los segundos idos cuando los ojos se cierran
en remontar a lomos de un porqué un castillo derruido por miradas del
medioevo
en pensar en el suicidado amigo-escritor y sus tinieblas
en el fulgor de los sin dios
en terrenales-pasajeras penurias
en el postrer romper de la angustia
en la escarcha que corroe con senil apetencia el derroche.
GUILLERMO JIMÉNEZ-Mérida-
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Hace 11 horas
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