Dedicado al señor Hereu, de nombre Jordi
(Alcalde temporero de Barcelona)
A usted le escribo señor Hereu, señor,
alcalde de Barcelona, población ésta
a la que sitio en mapa pusieron
muchos otros y también Maragall.
Buen tipo éste, ufano, cercano y cultural
que antes de Honorable, fue currante,
y asiduo creativo, para la ciudad.
Señor Hereu, bueno desde siempre,
seguramente,
de mayor nos quisiste hablar
como le hablan los grandes hombres
desde lejano púlpito con simple pálpito
a la chusma o plebe del lugar.
Pues escuche usted, sabedor del sin saber,
lo que este sencillo y simple obrero
tiene a bien animarse y decir.
Verá señor Hereu, harto nos tiene, señor,
con su simpleza, criterio y hueca altivez
sumándole, a todo ello, el síndrome de un ego,
con sueños de grandeza en error, por vez.
Apostemos señor, ¡oh! que error,
usted ni apuesta, ni entiende,
ni juega con buen humor,
que este pueblo mediterráneo
hace siglos que aprendió
que señores sin señorío, horror
harán de esta tierra, su perdón.
Pero no sea creído a generoso engaño,
en nuestra memoria no permanecerá,
pasará su tiempo de baldío hacer que,
ya le digo, mis hijos, ni le recordarán.
Usted, señor, fue aquel que el arte
en suelo de Ramblas,
música y mimos prohibió,
en esta ciudad que tantas libertades
hermandades y principios, brindó.
Todo eso, que bastante es, corto queda ¡pardiez!
cuando necio, por demás sin interés
impones tasa y peajes en colores,
que nadie en abuso entiende, ya ve.
Sea en verde o en azul, usted, gran mente,
un bien cree hacer, claro que, seguramente,
nadie cree en que aparque y pague, usted.
Un gran hombre venía a la ciudad,
un gran hombre que dicen, los demás.
A este singular evento, gran rigor impuso
a pesar del socialismo, que tan bien trajeado,
estirado, pulido y aseadito, por cuenta,
que, a pesar de las necias lenguas, representa.
Sin pegas, ni cortapisas, oídos sordos a las quejas,
sin importarle un bledo y como servil sicario,
lo que al pueblo toca sufrirlo y en precario.
Cortando calles y callejas, prohibiendo tanto
como aquel enano que de joven de ísimo,
por temor y represalias, trataron.
Señor Hereu, de gracia Jordi
mala escuela ha creado,
por culpa del poder dado
esta ciudad transformada,
en errónea y anónima,
de la que alma propia y mundo
tenía en sus genes asentado
a mercantil, fría, extraña
para algunos mediterráneos
que, de aquella Barcelona,
añoramos y amamos.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
ME REBELO
Hace 8 horas
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