viernes, 6 de enero de 2012

ARTÍCULO


Tomar el mando

Embarcados en este barco que es el mundo en su totalidad, podría caerse en la tentación de seguir ese dicho ácrata tan conocido de “que se pare el mundo, que me quiero apear” o, por el contrario, evitar esa tentación y seguir embarcado en esta pequeña mota de polvo espacial e intentar hacer lo posible –y lo imposible- para cambiar el rumbo y evitar que la nave se estrelle contra las rocas.


¿Qué las cosas seguirán así por mucho que se intente lo contrario? Puede ser, pero también es verdad que si no se hace nada sí que es seguro que no cambiarán. Por eso hay que mantenerse firme, y nada de apearse de ningún barco; al contrario, hay que tomar el mando porque el capitán ha demostrado con creces su incompetencia.

Francisco J. Segovia -Granada-

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