lunes, 30 de enero de 2012

POEMA


Sin palabras

Se me adhiere tu cuerpo, apaciguado.
Derrotada la fuerza, no le queda
sino un tibio suspiro que se enreda
al árbol de mi fe, por ti plantado.

Casi no hablamos ya, todo expresado
por músculos de miel, lengua de seda,
y esa parte de ti que por mí rueda,
y esa parte de mí que te ha clavado.

Tantas cosas me has dicho sin palabras,
tan diestramente y en silencio labras
tu mensaje, que el alma me moldeas.

Más elocuente que la voz, el tacto
conoce el tono y el vocablo exacto,
y así es como transmites las ideas.


A la puerta

¿De sed voluptuosa prisioneros,
e incapaces tal vez de hallar la fuente?
Escuchad el rumor de la corriente
rodando a vuestros pies, los aguaceros

llamando a las ventanas, los regueros
en descenso fugaz por la vertiente.
Os rodean, os miran frente a frente,
os llaman a beber de sus veneros.

Sois Adán a la sombra del manzano,
sin más esfuerzo que tender la mano,
logrando el fruto que juzgáis prohibido.

O aldabear quizás alguna puerta.
Nunca conoceréis si hay una oferta
sin haberlo en efecto pretendido.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Ángeles-

No hay comentarios:

Publicar un comentario