Lento ocaso multicolor, aromas cálidas de ceibas,
corolas de fuego rozando el cosmos, paraíso de paisajes,
arbustos abiertos, cantos de hadas, alfombras de musgos,
mantas de exóticas flores salvajes, armonías. Remanso de paz.
Odebí, en atrasado encuentro, llega… sigiloso, lento,
tras los gigantes helechos, bejucos de arete esmeralda,
contempla el agua cristalina del arroyo burbujeante,
¡oh! reflejos de senos desnudos, abultados, firmes…
La brisa despliega en vuelo hojas otoñales, rojizas, ocres,
se dispersan en danzas sobre el agua, navegan,
Yaí… percató su presencia, levantó disimulada mirada,
escapó una sutil sonrisa, mágico susurro de amor.
Odebí, cual caimán, seguro y desnudo en el agua,
las miradas se eclipsan en silencio secreto, brillando,
esencias de selvas, despertando plenitud de pasión y de amor,
olvidándolo todo, olvidándose… se unieron en luz de avatar.
Quietud en el tiempo, silencio total,
Purpúreo cielo, pléyades rutilantes, cómplices de amantes,
la chispa divina del avatar, lo indisoluble… se fundió en tres.
Omnipotente deseo fallece, renace el genuino amor.
Almas de ODEBÍ y YAÍ, ungidas en avatar, esencias del universo,
unificados, vida, belleza,… todos son la misma selva
lágrima de agua en una hoja… oasis de abejas silvestres
trinos de aves de colores, arrullos de sueños de niños,
paraíso de jungla, formas, colores desconocidas en el mundo,
ríos de arco iris, delfines rosados, gladiadores ocarros,
dulces frutos de selva, colosales árboles custodios,… la manigua,
aullidos de micos, retozar de tigres, universos sin nombre.
Como caminos los ríos pregonan a los vientos... maránduas.
Carnavales de aleteos, cantos de fauna, amor y vida,
¡PACHA MAMA, seca lágrimas… la esperanza sonríe,
Odebí y Yaí, sublime consciencia de amor y de vida.
Álvaro Álvarez Rojas (aprendiz de poeta) -Colombia-