Suave melodía del susurro de tu deseo,
el sentimiento que crece en mi pecho,
se llena mi corazón en lujuria,
y mis manos desnudas
que hacen el baile de locura
al acariciar con toda delicadeza
tu cuello suave como seda;
mis labios a lo lejos
y mis besos suicidas
que se desenfrenan hasta tocar tu cuerpo,
es lo que siente este verso intacto
en momento de gratitud
junto al respiro
que recorre cada parte en mi alma.
Dime si puedes ser la purificación de mi pecar
al con labios de ambrosía
y ojos que desnudan,
hacer mares de pasión
en tu tacto sobre piel de navío de mi sentir,
mis dedos pluma
y tus cabellos pergamino en ternura,
escribir en ti mis versos de amor,
que hablen las caricias
y el gemir de este gustar
sea melodía de mi grato deleitar,
conquistar cada espacio de tus deseos
y sea mi cielo tu cuerpo
donde mi querer forme lienzos
que se enreden y hagan vestidos de besos;
en tus senos blancos como nieve,
el rosado triunfo de la delicadeza frente al amar;
dos volcanes que hacen explotar
en su cúspide la lujuria de esta locura
al abrazar el fruto en delicados vestidos en rosa
y fuego que encienden los labios
que se atreven a ellas besar.
Cautivadora en su grata hermosura,
es tu belleza que hacen de mi delirio
la sensatez de mi pasión,
ser,
yo el pintor de caricias
y tus volcanes mi adoración
en toda mi inspiración,
que mi lengua un torbellino de caminar ciego
guiado por el simple deseo
de entre tus piernas hacer estragos,
brisa que trae consigo
el perfume de la exquisita dulzura
y el fruto de ese reino
donde mis besos desean ser eternos
y mi lengua una tormenta de placer
que consigo es cielo e infierno;
es el apretar de tus piernas
y como lianas mis cabellos entre tus dedos,
el halar incesante,
que acompaña sinfonía perfecta de tu gemir
y el morder de labios de ambrosía,
es mi deseo el escalar con cautela hasta ellos
y que sea mi cuerpo sobre el tuyo,
tus piernas abracen mi cintura,
mas el movimiento en sigilo de este momento,
y con la embriaguez de la humedad
que en ti se encuentra
sea más que un goce para mi navegar,
eres tu mi reina y diosa,
la cual guía este baile,
el movimiento que se acelera
al compás del corazón,
y la expresión de rostros
en su mayor excitación,
estar dentro de ti
y que tu aliento cálido en mi cuello,
mis manos en tu espalada sean lianas
que no quieren dejarte escapar,
es tu cuerpo en forma arqueada
y tu boca abierta en goce continuo,
el cerrar de tus ojos
y tus dedos clavarse en mi espalda como dagas,
el gritar con estruendo
y luego de ello,
con un silencio placentero susurras:
este es mi más grato momento,
tu cuerpo y mis versos han sido uno solo,
tu mirada con satisfacción
es el final de este encuentro,
tu rostro lo ha dicho con mirada de sosiego,
y un beso que mata,
ese roce en labios que han surcado
cada espacio de entre sábanas
y expreso mi anhelo
que no solo sea efímero
y todo se convierta en eterno.
Tanta alegría en ojos como luna menguante,
cielo en gloria de sonrisas angelicales,
manos con uñas desgastadas,
y andar a paso lento,
que es mi gente la del valle
a la cual traigo este regalo de mi corazón,
ver sonrisas que pintan caritas pálidas,
melodía para el alma en gracias al canto del corazón,
explota mi ser al saber que el día de hoy,
no solo es un simple regalo,
si no que el sentir de mi gente,
música para ellos,
donde yo vivo,
donde el amor es verdadero,
quiero bailar descalzo y sentir el barro entre mis dedos,
correr por el campo que no tiene fronteras,
y sin hileras que separen la felicidad,
que el viento sea el mensajero de este regalo que traigo,
es el verso que escribo a mi pueblo,
el que con la espalda jorobada de tanto trabajo,
con el sudor en su espalda
bajo cielo ardiente,
no se cansa de vivir,
traigo un regalo para mi pueblo
al que les grito con estruendo
mirar el cielo y bailar sin parar
que sea nuestro canto el que retumbe
y llene de felicidad,
que sea el regalo de este amor.
Amor es lo que yo traigo.
CÉSAR TORRES -El Salvador-