para A. R. G. T.
Ya tocan las campanas. Míralas como tocan.
Ya tocan las campanas. Óyelas como tocan.
Ya tocan las campanas.
Tócalas, como tocan los muertos las campanas.
Ya tocan las campanas goterones de sangre en el silencio.
Ya tocan torreones gavilanes de muerte en las esquinas.
Ya tocan en lo negro otras gotas de sangre más oscura.
Ya tocan las campanas. Llóralas como tocan.
Ya tocan las campanas. Bórralas como tocan.
Ya tocan las campanas. Huélelas como tocan.
Y si huelen a muerte. Mátalas cuando tocan.
Y si huelen a versos. Cántalas cuando tocan.
Ya tocan a la carne de Federico muerta.
Lagrimones de amor derraman las campanas, toque a toque.
Lagrimones de furia atraviesan los cielos inundados.
Estelas de dolor cruzan el cuerpo amargo de los barcos.
Delfines incendiados abren lucha en la tarde e izan lunas.
Toc. Toc. Gime el metal enloquecido.
Din dan don, la luna resquebraja.
Cling. Cling. Acompañan los vidrios de la pena.
Shi. Shi. Shiiiiii…
Ululando los cuervos de la muerte dibujan negras armas.
Se abren las ventanas,
casi se parten en dos los portalones de las casas.
La tierra se agrieta y en su vulva se levanta la flor de la discordia.
Ha muerto Federico. Va corriendo la voz, ciega cascada.
Ha muerto Federico. Federico García, el poeta.
Federico, el doncel,
el que tocaba alegre aquel piano,
el de la risa blanca, el de la voz de luna, el de los pobres.
Ha muerto Federico, Federico, sí, sí, el director de La Barraca.
¿Le mataron? ¿Por qué, por quéé, por quééé… ?
¿Por qué mataron vivamente a Federico?
Le atravesaron negras las almas del fusil.
Pam. Pam. Pampampampam, las almas hueras
dibujaron triángulos en el aire.
Ha muerto Federico. ¿Ha muerto el Señorito Don Federico García?
¿El de los versos tristes?
¿Y por qué han matado a Federico? ¿Y por qué se asesina a un poeta?
¿y por qué los romances deben oler a pólvora?
No, no, no, y secamente no. Federico está vivo
He oído su voz bajo la luna.
Esta mañana el río va cantando: Estáaa vivoooo el
poetaaaa.
Y repite, sus versoooos estáaaan vivooooos.
Y agrega, a remolinos: estáaaaa vivaaaaa suuuu manoooo
y haan creciiiiido jaramaaagos de mieeeeel entre sus deeeedos.
Ha muerto Federico (ha dejado la voz en una esquina)
y pasa el viento y, con la voz, duplica otra voz
y la deja caer por los balcones.
Está vivo el poeta piiiiiiiiiiii, deslizan verdes
pájaros azules.
Está vivo el poeta, grrrrr grrrr . smfffff va cantando el invierno,
y de sus hojas va enhebrando diciembre
y luego cose costurones de frío en sus espaldas.
Está vivo, don Federico García está más vivo que usted y la gallina,
agrega un granadino contra un granadino que desmiente.
No puede ser, no puede ser, no puede ser.
Dice Doña Asunción, mientras va santiguándose.
Federico, a la una. Federico, a las dos. Federico, a las tres,
responde si eres poeta:
¿Estás vivo o estás vivamente muerto?
¿O estás muerto o estás muertamente vivo?
Y Federico ríe, ja, ja, ja, a través de las barbas de Don Perlimplín,
que se ha dejado barba para disimular los cuernos.
Y Federico llora, bua, bua, bua, con lágrimas de Yerma
y maldice la vida, reseca en sus entrañas.
Y Federico ruge, tan fuerte que Bernarda se tapa los oídos.
Y Federico trota y es un caballo alegre Federico.
Y Federico, pam, tac, plum, martillea los zapatos de la noche
con plata en las espuelas.
Doña Rosita llora. Mariana le busca a través de las nubes
y la luna se oculta y cambia así el futuro de los novios que huyeron.
Ha muerto Federico. No es verdad. Yo le he visto.
Ha muerto Federico. No es verdad. Son sus versos.
Ha muerto Federico. Ha muerto Federico. Ha muerto Federicooo.
Lárgate, láargate, laaaaaaaárgate con la pena a otra parte.
A las cinco de la tarde lo hemos visto pasar
con un doncel hermoso vestido de torero.
Iba clamando fuerte:
Si el aire sopla blandamente
mi corazón tiene la forma de una niña.
Si el aire se niega a salir de los cañaverales
mi corazón tiene la forma de una milenaria boñiga de toro.
A las ocho de la tarde,
mua, mua, mua, ha besado la luna a Federico.
DOLORS ALBEROLA -Jerez de la Frontera-
Publicado en Luz Cultural