“Tu problema es la bestia que has
descubierto.”
Kenneth Patchen.
a Julio Cortázar
En el club 33 han clavado una enorme tarja
para que los invitados conozcan el anuncio de la noche
donde oiremos la música demoníaca que Johnny Carter ofrecerá.
Los ojos del músico verán alucinados
la modelo más bella desnudarse
lanzar con risa frenética sus prendas íntimas a quienes palidecen
justo cuando la mirada del monje esté fija como una señal
como ilusión del fantasma que comienza a transformarse
y ya no habrá regreso ni podremos publicar nuestros nombres
en los diarios parisinos del siguiente día
donde aparecerán los asesinos más ilustres.
Esta será una noche estupenda
para ser reconocidos por los muertos
que ríen en las mesas del fondo
y dan saludo augural a los miembros de la orquesta
que si difuntos no fuesen
¿quién oiría esta sonata cuando nadie
anuncia su llegada?
Pero hoy todo es distinto
los amantes se besan bajo la oscuridad de las lámparas
sabiendo que lo hacen por última vez
porque harán el amor despacio
sin importarles un nuevo día
donde también podrán cambiar de pareja
incluso tener si realmente piensan
un parto después de cada muerte.
Entonces escucharás muy lejos otra señal
mientras los que te aborrecieron cantan a coro:
Aplaudan al músico su rostro enfermizo la piel de mimbre podrido
sus manos temblorosas y huesudas,
hagan inmenso coro junto al pobre diablo
que esta noche tenga fortuna y pueda entonar
un extenso discurso frente a la bestia que lo distingue.
Aplaudan señores
a este condenado hombre de todas las épocas
apuesten sobre el gran casino su locura
o inicien solemne voto de silencio
donde posaremos al amanecer ante fotógrafos y viejas prostitutas
que al menos hoy vomitarán la sangre.
Jazz para la gran velada,
velada de conocer que todo es fácil
que aquí es posible apostar el lado oscuro
escondiendo los mejores perfumes hasta gritar:
Escúpanle el rostro después de amarle escúpanle
...y Johnny siente que la tarja del club ha sido clavada en su pecho
que el agua del Sena correrá por la sangre hasta emborracharlo.
Qué triste noche música Jazz locura
al fango todos por Dios una vuelta en círculos
detrás de la orquesta cantemos:
Sgt. Pepper and Johnny in the sky with diamonds
cantemos todos ya llega el invitado sin rostro
con mirada fija y nauseabunda
viene mostrando el laberinto de las voces
y nadie habrá muerto en su lengua.
Ya se oye su música escuchadla.
Es el primer anuncio de la noche.
Del libro Del Silencio y otros corderos de
Claudio Lahaba.