Nunca tuve, y ahora lo confieso,
para el oficio militar la maña,
y estar junto a adalides con adargas
espoleando con los acicates
a un alazán de acémilas seguido,
y alféreces de aljubas sobre el hombro
montando a la jineta y a rebatos,
o bien en los adarves y las almenas,
no me fue nada útil, ni tampoco
de alcaides sus políticas sagaces
acompañados por los alguaciles,
discutiendo que van con albaceas,
almojarifes y zubalmedinas,
yendo y viniendo por las almonedas,
porfías de aduanas y aranceles,
y alfardas y garramas y alcabalas,
albaquías, azofras, los olores
del aceite en oscuras almazaras,
el grano en los almiares y alfolíes,
molturado en aceñas y tahonas
mediante pago fiel de la maquila.
¿Y los patios de Córdoba adornados
con la azucena, el azahar, la adelfa
y setos de arrayanes? Los alerces
que alivian del calor y los rumores
de almeces y acebuches cuando el aire
los mueve con sus alas transparentes,
y almoraduj, retama y alhucema
responden con su réplica de aromas.
Ahora veo a alfareros y alcalleres
fabricando las tazas y las jarras
con reflejos polícromos, vistosos,
y joyeros que afinan ataujías,
ajorcas, arracadas y alfileres
o las arquetas de marfil labrado,
y ensartan el aljófar en collares.
¿Y los que sus sudores prodigaban
en almadenes donde se extraía
el azufre, el almagre, el albayalde?
Pero olvidar no puedo los telares
en los que barraganes y tiraces.
los fustanes y los aceituníes
recamaban bordados a vestidos.
Llega la hora en que partir ya debo
y, lejano a sentencias que me hieran
y a exilios voluntarios, me dispongo
al último viaje… ¿Existe un alma
personal o bien somos una sola?
Que por hacerme esta crucial pregunta
y trazar hacia Alá los dos caminos
de la doble verdad, tal me inspirara
el griego grande y noble estagirita,
tuve que huir allende del Estrecho.
Qué importa esta zozobra del viaje.
Tal la uña y la piel, estaré junto
a al-Andalus y en torno de los sitios
que amé, aunque nunca fuera un zalmedina,
ni alarife, alfarero o alfayate,
sino alfaquí testigo muchas veces
de la miseria de este cuerpo humano
que muere y escapar deja su alma
a la altura de lo Desconocido.
2º Premio de poesía Casa de Andalucía en Benicarló (2011)
Juan Mena -San Fernando (Cádiz)-
Publicado en la revista Arena y cal 193