La operación de la vida, mi operación inicial,
la construccion de un ser vivo con locomoción
o movimentos, con sentimientos e inteligencia
estaba en las manos de los muertos. Estaba
en las manos de un muerto saturado de sales
minerales, cubierto completamente de tierra
blanda y conocido en la realidad de lo
desconocido. Y desde el fondo oscuro de
toda la extensión terrenal, meditaba
sobre esa figura que iría a construir y
me preguntaba; dónde encontrar sus
brazos, dónde sus pies, dónde su cerebro,
dónde su sangre, dónde sus órganos
internos y dónde un espíritu cualquiera.
No habia nada. No habia un lugar
donde ir. Podía pensar en la casa de
Francisco o de Javier, o en el mismo palacio
presidencial y decirle que nuestra empresa
era necesaria y por tanto justificable y debía
comenzarse a realizar inmediatamente
porque era una necesidad vital, tan vital
como la propia vida, como la vida misma,
la cual yo trataba de justificar o incorporar
a un nuevo mundo. Pero no, no podía hacerlo.
Ya mis pies no existian y yo era todo lo que
existía..
Entonces, dónde encontrar lo que buscaba?
Ah! -pensaba- debía hacer nacer un árbol...
o dos, e impulsarme del fango de la tierra,
llegar hasta su raiz y después treparme por
ella. Llegar a su tronco, luego a sus ramas.
Arriba podria respirar, quebraría
algunas ramas y las dejaria caer sobre esa
superficie fangosa, sobre el compuesto cargado
de heces y de cuerpos hediondos para buscar
una estabilidad en la superficie. Queria plasmar
cuantitativa y cualitativamente al unico elemento
que pensaba y actuaba, el que trataba nuevamente
de llenar el mundo, el que significaba la incorporación
de una nueva forma de los elementos disponibles
en la naturaleza.
De pronto y con la traslación que me condiciono
la fuerza gravitatoria y mi frágil y trunco
cuerpo cai sobre la base hecha y me arrastre
como los reptiles. Concentré toda mis potencias
internas en torno a la figura que
quería construir y me nacieron los pies.
La actividad de la putrefacción habia terminado.
Se incorporaron a mi cuerpo nuevas celulas y
pude notar que la respiracion me inflo como
un globo. Me hice un ser redondo. Y entonces,
a mi semejanza tuve que construir a la humanidad,
a los animales, a las plantas.
JAY JAY