Para mí, ser inmigrante no es un delito,
es un estado producto de las circunstancias.
Nadie pidió ser inmigrante,
nadie pensó que su país esté sometido a una crisis económica,
o este padeciendo guerras injustas.
Ser inmigrante es ser valiente,
es luchar por buscar nueva patria, un hogar, un lugar donde vivir y trabajar.
No los apuntes con el dedo,
trátalos con decoro y dignidad y respeto.
¡Son nuestros hermanos caídos!
La vida da vueltas
quizás un día seas tú un inmigrante,
buscando oportunidades de trabajo o subsistencia.
Respeto, a nuestros hermanos inmigrantes,
¡No los encarcelemos!
Bastante tienen con el drama que afrontan
junto con sus hijos y sus esposas.
Sensibiliza tu corazón,
dales la mano,
y no los látigos de la censura.
Edith Elvira Colqui Rohjas -Perú-
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