En el tiempo dorado de los trigos
junto a un silbo irreal de manantiales
llega un dulzor nacido de los higos,
y anda un trino de luz en los zorzales.
Y redonda es la estrella que en la noche
conversa con la luna de a momentos
un grupo imaginario de fantoches,
buscan tu nombre, amor, en este cuento.
Y lo encuentran debajo de una nube.
Detrás de los silencios de la tarde.
Detrás de un humo que de pronto sube,
desde los sueños que envolventes arden.
Marrones son las olas cuando embaten.
Azules son las noches despejadas.
Bravío el corazón cuando en mí, late,
y castaño tu pelo en madrugada.
Te tengo dibujado en mis pupilas
tal vez con mucho amor y cierto antojo
viendo los árboles que están en lila,
y esperando dormirme entre tus ojos.
Hay un tinte marrón en mi mirada,
y un aletear de plumas en la brisa
verano en llamas, manos encantadas,
y un sol, iluminando mi sonrisa
El silbo del amor está en mi vida.
Se gana por un hueco en mi ventana.
añoro que el silbar no sea de ida,
y estés llegando amor, en mis mañanas
ANI CERDA -ARGENTINA-
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