Recorro el tiempo desde abajo
me instalo en sus jirones
en sus recovecos
y desde ahí observo
esas lápidas tibias
que surgen entre las tumbas
de un cementerio de vivos
en una ciudad de muertos
en donde la sangre fluye
lenta y pausadamente
de heridas profundas
dentelladas vacías, huecas,
incontenibles risas macabras
de calaveras insomnes
que deambulan por las noches
en los días lluviosos
o en esos días en los que
brilla la miseria y se opaca la nostalgia,
arrepentida, pero que con todo y eso
termina envolviendo cada cuerpo
cada alma, o lo que queda de ellas...
en la plaza vacía, ensangrentada
tres culturas masacradas
un pueblo oprimido que
tras la tragedia
vive el sueño olímpico
y muere en su interior
muere lentamente pero el olvido...
el olvido no llegará jamás...
ANTONIO SÁNCHEZ R. -México-
Publicado en la revista Trinando 9
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