lunes, 3 de octubre de 2016

DON JUAN DE LOS BALDÍOS


A media noche solía caminar
perdida entre las sombras su sombra oscura
sereno y silencioso buscaba su aventura
con paso cauteloso y suave en el andar.
Vagabundo de cualquier lugar.

Su dulce sombra oscura cruzaba los estíos
algunos lo llamaban Don Juan de los Baldíos
le daban su romance las lunas suburbanas
más de uno lo envidiaba detrás de las ventanas.
Era un señor oscuro, sereno y elegante
suave como el revés de un guante.

Melancólico y fino caballero
sin estirpe, sin fama y sin dinero,
parecía con su figura leve
un poeta del Siglo Diecinueve.
Caballero sin guante y sin bastón
que andaba por los techos cantando su canción.

Don Juan de los Baldíos, poeta sin fortuna
señor de los estíos y amante de la luna.
Detrás de una veleta su imagen suave y fina
trazaba una silueta cortada en cartulina.
Sereno caballero sin guante y sin bastón
fue el último poeta de mi generación.

Carlos Barocela -Argentina-
Publicado en Estación Quilmes

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