Algo más triste que el recuerdo
Del sol ardiente de las tardes de estío
Sumiso el viento, cansada la tarde,
Sin sueño, ni hierba donde tenderse,
Sin pasto que crece en la humedad
De la tarde del recuerdo,
no hay perfumes de flores
A la vista
Quedaron atrás
En la bolsa de los recuerdos
Y se marchitaron en el olvido
Pero la memoria persistente
Nos obliga a diario a recordar
Un perfume indeleble e inexistente,
Los aleteos de los insectos no se recuerdan,
Si de las aves canoras
Que antes del calor de verano
Escribieron los cantos del otoño,
Y en el otoño se alejaron volando y cantando
Melodías que contaremos en el fuego
Encendido en San Juan
para ahuyentar el frío del invierno
Tan cotidiano este año
Que no recuerdo cuando
Cambiamos de siglo.
Algo más triste que el olvido....
VÍCTOR HUGO ARÉVALO JORDÁN -Bolivia-
Publicado en Gaceta Virtual 117
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