Será la nictofilia de mi alma monda,
esa que abre un hueco al insomnio.
¡Yo me recuerdo!
alma vieja cuando
fui pólvora de una bala pérdida.
Soledad que sórdida desdeño;
Cuando era niña
recibí el dolor en
regalos sin papel ni moño.
Y hoy se cuela la gotera
ardiente entre el murmulló
de cuervos inertes.
Me acaricia ese instante
donde fuimos felices;
ese minuto mudo
que aborto el tiempo.
Como una foto relativa
entre el segundero catastrófico.
Y lo acojo hacia mi vientre
de madre luna,
lo desgajo sin desangrarle.
Lo cuido como un hijo
sangre de mi sangre.
¡Recuerdo de mis entrañas!
Eres mío, muy mío...
recuerdo vivo de mi karma;
Me susurra a cuenta gotas
lo que de ti amé.
Lo guardo en mi caja
de pandora, junto con mis penas
y mi sonrisa volátil.
¡Allí quédate! recuerdo disímil
a mi onírica realidad.
Eres parte de mi pasado
y de mi bendita verdad.
Jazmín Noir Ovalle -México-
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