Manantial azul y plata
que reflejas en tus aguas
la ingenuidad de la infancia,
suerte y esperanza mía.
¿Por qué en tu límpido espejo
el joven se vuelve viejo
como fiel encantamiento
en tu largo caminar?
Y dijo el agua del río:
"Como ayer se me ordenara
ante el mundo discurrir,
aquel que a mi sombra more
o desgrane su sentir
se tornará caprichoso,
receptivo y muy feliz,
inspirado sol naciente,
poeta de mundos mil".
"Sabiduría en la mano
del eterno devenir
que por mandato del cielo
extendió su tenue velo
en mi corriente sutil".
"Que el joven se torne viejo
en destreza y humildad,
que el viejo se vuelva joven
para así poder volar".
"Y que mientras vivo aguante
mi caudal recién nacido,
como el viento que ha venido
mi destino a despertar,
pueda yo sin desatino
al humano deslumbrar
cuando se mire en el agua
de mi entraña singular".
Del libro Sinfonías del alma de
Carmen Elvira Azparren Caballero
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