En tus piernas encuentro el manjar hermoso de la vida; volando en tu espalda nace el deseo por poseerte, nadar en ti; recorrer tu cuerpo desde adentro para hallarme fuera del mundo y gritar tu nombre en el momento dulce del orgasmo.
Mujer, fuego que me envuelve y me incita a tenerte, volar, morir, nacer en el corazón secreto de tus piernas para saber que existo al instante hermoso en que me capturas en la bella prisión de tu mirada cada vez que te penetro.
Tu cuerpo arde, se hace líquido y me tienes aquí, mujer, tomando de ti, bebiendo de ti, del agua de tu cuerpo como vino sagrado para tener en mi sombra tu nombre, tu alma y cuerpo.
Dentro de ti, fuera, regresar, dentro, morir, renacer, vivir... Dentro, fuera, más, más, y más. Juguemos al amor, hagamos un sólo corazón y abracémonos con la mirada al dulce espasmo, jadeantes, exhaustos, bañados de nosotros y recuperarnos de la hermosa tormenta llamada muerte pequeña.
Horlin Alberto Doubront Armas -Venezuela-
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