He soñado contigo esta mañana.
Que la brisa llevaba un cargamento.
Perfumada de estrellas y campanas.
Había muerto por fin el sufrimiento.
He soñado que cantaba.
Allí siempre estaba en el rincón.
La guitarra amarga repetía.
Hay que quemarse diariamente,
para alcanzar la luz cada día,
Recibe simplemente el canto
sin paz ni rebeldía.
Te lo escribí bajo el farol del puente.
Del libro El silencio y las palabras de M. ESTHER RUIZ -Valladolid-
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