El maquinista conduce suavemente el tren mientras silba la canción de su abuela; llega a la estación de parte alguna y no se asombra cuando sube la niña a lomos del elefante; la canción vuelve a sus labios, ahora habla del país de nunca jamás y sabe que el tren ya no tiene destino.
Escrito en el Café de Ruiz / Barrio de Maravillas, Madrid, 19 de Febrero, 2013.
Maite Aranda Jaquotot (España)
Publicado en los Cuadernos de las Gaviotas
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