QUINTO TEMA
Rosalía de Castro
Nació en Santiago de Compostela el 24 de febrero 1835.
Falleció en Padrón el 15 de Julio de 1885.
Esta escritora ha sido mi preferida desde mi niñez. En parte porque era paisana y también por sus poesías.
Cuando me hice mayor y salí hacia Castilla comencé a echar de menos mi tierra, Fue entonces cuando comprendí mucho mejor a Rosalía y a recordar sus versos. Aquel que decía Adiós mis ríos ….
Al rodar de los años he llegado a Conil y al bajar a los Bateles recuerdo muchas veces una poesía que dice así
Del mar azul las impacientes olas
Mientras blandas murmuran
Sobre la arena, hasta mis pies rodando
Tentadoras me besan y me buscan
Tranquilas lamen de mis pies el borde
Lánzame airosas su nevada espuma
Y me llaman y me atraen
Hacia sus salas húmedas
Mas cuando ansiosa quiero
Seguirlas por la liquida laguna
Se hunde mi pies en la linfa, no puedo
Y ellas de mi se burlan
Y huyen dejándome en la playa
En la terrena, incansable lucha
Como en la triste playa de la vida
Me abandonó la inconstante fortuna.
PILAR SÁNCHEZ BARCIA
PERSONAJES QUE ME HUBIERA GUSTADO SER
Yo soy yo y en mí está todo lo que soy.
Con catorce años me llevaron a la mar.
Solo sé algo del mar y pescar
y casi todo se me ha olvidado ya.
Me hubiese gustado saber muchísimo más.
Yo soy yo y con lo que soy me tengo que conformar.
No me parezco a nadie
pero hubiese querido haber aprendido más.
Que meno que haber sido general
para mandar tropas en tierra
y no haber estado toda mi vida en la mar.
A mí no me importa estar solo en altar mar.
Me gusta el horizonte claro y el agua del mar.
En tierra veo poca claridad.
Yo soy yo y no me parezco a nadie
y con lo que soy me tengo que conformar.
Deseo llegar a puerto,
amarrar mi barco seguro
para volver esta noche a la mar.
ANTONIO BASALLOTE
TERESA DE CEPEDA (TERESA DE JESÚS) Y CATALINA ARAUSO (LA MONJA ALFÉREZ)
Son dos de algunas de las mujeres que brillaron con luz propia en la España del Siglo de Oro, así denominado por el marqués de Valdeflores, erudito y anticuario dieciochesco, maravillado por el florecimiento que se manifestaron tanto en los campos de las artes y literatura y poesía de los siglos XVI y XVII.
Pocas eran las oportunidades que tenían las mujeres en aquellos días marcados exclusivamente por la hegemonía patriarcal. Las más esposas y madres relegadas ql ámbito doméstico las otras unas cortesanas a todos los niveles y las demás monjas. Niñas que generalmente a corta edad eran internadas en conventos a la espera de un matrimonio generalmente conveniente para otros y si ese matrimonio no surgía se veían recluidas sin vocación religiosa en esos establecimientos “piadosos” hasta el fin de sus días.
Había excepciones naturalmente y una de ellas excepcional y valga la redundancia fue Teresa de Cepeda y Ahumada.
Notable mujer por muchos aspectos, bien nacida de familia acomodada abulense, que siempre desde muy niña dio la nota, como coloquialmente se dice hoy día. La rebelde que como D. Quijote gustaba de soñar con las fantásticas aventuras de los libros de caballerías. Después de varias peripecias durante su niñez, pérdida de su madre, primera entrada en un convento, del que sale por problemas de salud. Siempre su salud, bastante precaria, hasta que a los 24 años, cae en un estado tal de paroxismo histérico que yace durante varios días en estado catatónico. La creen muerta. Pero cuando se recupera empieza a hablar de Dios y el demonio, infierno paraíso y purgatorio. Afán, afán y tanto afán que ya no la permite pararse, fundando, reformando hasta su muerte. Y anda, corre y se expone ante la Inquisición que no entiende ni sus deseos de reforma conventual carmelitana, ni sus estigmas, ni sus éxtasis místicos. Ella todo lo puede, a todos vence, esa polémica monja del siglo XVI, Siglo de Oro, es hoy venerada, alabada y santificada por esa iglesia que la persiguió casi hasta la muerte.
Mientras, paralelamente, pero divergente, esa otra mujer, monja, Catalina de Arauso, nacida en San Sebastián, hija de militar. Esta otra monja no soporta la disciplina conventual y huye, no quiere ser monja, necesita la aventura, pero no a través de los libros de caballerías, tiene que vivirlas en sus carnes y su alma. Su aspecto físico no es nada femenino, hay quien dice que algo hizo con sus pocos voluminosos senos, para que aún fuesen menos evidentes. Era fea, hombruna.
Su herencia militar, ¿qué hacer, dónde ir? Ahí está solución, el nuevo mundo, América, que ofrece todo lo que Catalina, ansía y desea tan ardientemente.
Perú, Chile, donde descuella por su valor en las luchas de conquista al servicio del rey de España. Duelos, pendencias, lances por mujeres, se ve mezclada en un duelo y mata a su hermano sin conocer su identidad. Siempre se comporta como varón, sin embargo no duda, ¡por supuesto!, dar a conocer su condición femenina para implorar la misericordia de un obispo y salvar la vida. Ahora es mujer de nuevo, y amparada por las faldas llega a la corte, regio recibimiento, Felipe IV la confirma en su grado militar y la llama “monja alférez”. Va a Roma y hasta el papa Urbano VIII, le concede permiso para vestir como hombre. Estas ropas más cómodas son con las que desea cubrir su poco agraciado físico ¿femenino? Nombre masculino, Antonio de Arauso, uno de tantos como utilizó durante su azarosa vida de batallas, guerras, sangre y muertes.
Durante un tiempo vive tranquila en Roma, escribe sus memorias, “Historia de la monja alférez”.
Se marcha a México, necesita más aventuras, allí se convierte en empresaria, arriera, transporta mercancías.
Gana dinero, se tranquiliza. 15 años de silencio, y se dice que muere, ¿asesinada, en un naufragio? Hay quien asevera que se la llevó el diablo.
Dos monjas famosas, una elige la Sangre de Cristo, la otra, la de los hombres.
CONCHA GOROSTIZA
TERESA DE CEPEDA (TERESA DE JESÚS) Y CATALINA ARAUSO (LA MONJA ALFÉREZ)
Son las dos del Siglo de Oro,
a conventos las mandaron
una estuvo con decoro
a la otra, casi la echaron.
Una santa, la otra soldado
Catalina de Erauso, la soldado
Donosti la vio nacer
Teresa de Cepeda fue hija de “marrano”
judío converso para entender.
La soldado mil sangrientas batallas sostuvo
contra los indios del nuevo mundo.
La santa también luchó
y tantos conventos fundó…
a las dos su época las alabó.
La primera por su valentía
a alférez llegó
la segunda el doctorado de la Iglesia
por méritos propios alcanzó.
Siglo de Oro, para
un erudito marqués
del dieciocho,
dos monjas mujeres
a las que su condición por serlo
para esposas o madres o putas o monjas creó.
Sí, dos atípicas mujeres monjas
que su siglo, su época tanto las dificultó.
Y ellas, valiente ambas
Teresa, Catalina o
Catalina y Teresa
siguieron sus destinos,
sus deseos, con pasión
y al mundo confundieron
y asombraron con su ambición.
A la una amor de aventuras,
conquistas de luengas tierras
en el nombre de Castilla, se alejó.
La otra mucho más cerca
por el reino castellano
su afán de Amor Divino, aquí la dejó.
CONCHA GOROSTIZA
JULIO ROMERO DE TORRES
En tus manos sostenía un
pincel como una espada,
en su lienzo pintaba a las
mujeres más guapas.
Las nubes eran su lienzo y el
arco iris su acuarela,
está buscando como loco a
su “chiquita piconera”.
En un rincón del firmamento una
fiesta se encontró,
Lola Flores, Camarón y la
Niña de los Peines, ¡un quejío
de guitarra entre las nubes
se pierde!
Con el pincel en la mano
del arco iris cogió los colores
más hermosos y aquella escena
pintó. ¡Con su traje de lunares
a la faraona plasmó! la Niña de
los Peines, en sus cabellos una
flor, el Camarón de la Isla
cantando con Caracol.
Y fue el cuadro más perfecto
que en su vida pintó.
La nube con sus lágrimas
el jardín regó, un clavel y
una rosa se abrazaron con
amor.
Su Chiquita Piconera ¡en rosa
se convertía!
LOLI BRENES RODRÍGUEZ
POBRE PEQUEÑO APRENDIZ DE POETA
¡Pobre pequeño aprendiz de poeta!
que se perdió entre los versos de Hernández.
Quisiste competir con uno de los grandes,
pero no alcanzaste ni el primer peldaño.
Aprende de su cauce que fluye caudaloso
por entre las hojas de papel.
Aprende se su frescura escandalosa
que refresca
al lector ansioso de bañarse
cual fresca y cristalina
que sacia al que viene sediento
del camino polvoriento.
¡Pobre pequeño aprendiz de poeta!
no quieras igualarte a Miguel,
primero tienes que ser humilde
como él lo fue.
Debes aprender a escuchar
el más pequeño sonido
que emite el agua en el cuace del río.
Escuchar detenidamente el canto
del ruiseñor en la rama.
Distinguir los trinos de los pajarillos.
Sentir el silbido del viento.
Las caricias de la brisa.
El sonido de las hojas cuando caen.
Y sobre todo saber escuchar
en el vientre de las cabras
cuando duermen el fluir
de la leche por sus ubres.
Sólo entonces podrás
comprender a Miguel Hernández.
Ten presente que todos
los hombres renacen de sus principios.
Tú quisiste empezar
desde la cima sin tener
en cuenta que para llegar
arriba hace falta escalar primero.
¡Pobre pequeño aprendiz de poeta!
que eligió a Miguel Hernández
como espejo pero su reflejo
no le advirtió de su pureza.
CARMEN PÉREZ MARTELL
WINSTON CHURCHIL
Hombre del pueblo
pero político privilegiado,
líder extraordinario
hombre de su tiempo.
Buldog Británico
su gesto en V
V por la victoria
contra los alemanes.
En los años de la guerra
luchaba contra opresión,
el puro siempre en la boca,
símbolo del Reino Unido.
Organizador de armadas,
protector de los judíos,
inspiración para una nación
en tiempo de peligro.
ANNE SAMPSON
ANTONIO MACHADO
Antonio se fue casi sin equipaje
dejando huellas que otros muchos
han seguido y seguirán.
Yo su pluma clara y concisa
quisiera poseer para contar
mis pensamientos al mundo.
Su profundidad poética,
su facilidad creadora
desearía en una pequeña
dosis poseer para que mis sueños
llenasen las olas del mar
donde mi barco al navegar
dejase una blanca estela.
Antonio no soy ni tampoco sevillano.
Soy José y gaditano viñero
que con mi poesía quisiera
imitar al gran Machado
que golpe a golpe y verso
a verso fue diciendo
que la verdad es la que es
aunque tú pienses al revés.
JOSÉ LUIS RUBIO
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