Me prohibiste amarte por que la ternura no era suficiente,
porque la distancia de tus ojos se hizo demasiado grande
porque la nostalgia no fue suficiente,
y terminaste de amarme
con el propósito de seguir queriéndome
a sabiendas de que eso tampoco sería suficiente.
Me prohibiste rozarte,
acariciar la infinita distancia que marca el recorrido
de la memoria mientras tus manos acariciaban otros cuerpos
mientras la respiración se alteraba lejos de un amor sujeto a la rutina
a esa que tu me enseñaste a amar mientras la estabas desestimando,
mientras iniciabas una nueva vida sin yo saberlo,
mientras llegaba tarde a tu vida,
llegaba tarde.
Me prohibiste compartir la vida que diseñaste a golpe de emoción, pasión y alegría,
la de los días tristes que se acurrucan en la memoria de las gotas que resbalan por los cristales del pasado,
la vida de los cuentos y los besos en armonía,
la de los pequeños detalles que crecen y se multiplican,
la de las noches de miedo, vaso de agua
y amor a raudales...
Me prohibiste que la luz de tu mirada iluminara mis días,
que el brillo de los ojos mas pequeños fuera mi guía,
el abrazo sin rutinas
los juegos pequeños, pequeños... .
Me prohibiste la vida
aunque sabias que eso no sería suficiente.
ALMÁSY
Publicado en el blog versosescondidos
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