A pesar de las caídas, la lanza en el costado,
la cruz en mis espejos.
La corona de espinas, la fe y el sacrificio,
la subida al calvario.
Del látigo y el manto que cubrirán mi vida
aún sigo, por tu sombra, caminando.
Desafiaré los vientos, la marea.
Tu barca y la tormenta,
mi espíritu y su voz en el desierto.
No soñaré tu aliento
y el dolor... nuestro dolor
se irá muy lejos, después del tercer día.
Gonzalo Salesky
Publicado en la revista Nevando en la Guinea
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