Prisionera de fantasmas,
voy cruzando laberintos
sin respuestas.
Las mañanas se oscurecen
y comulgo
con el negro palpitar de las ausencias.
¿En qué templo se rezan los pedidos?
¿A qué Dios, le suplico por tu vuelta?
Arañando las horas
me marchito,
es mi vientre
la raíz que está sin tierra.
MARÍA GABRIELA ABEAL -Argentina-
Publicado en el blog teresaeneltiempo
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