Él no está.
En el camino los perros ladran bajito su espera.
No llega.
Tampoco llega la luna al clímax de su presencia.
¿Él no está?
Y la calma de la noche hace agua en mil preguntas.
“No llega, no llega…”
En el filo de la esquina un grillo canta respuestas.
Él no está, no llega,
como no llegan sus pasos al abrigo de mi puerta.
Él no está,
y se destrozan las horas, tristes colgajos hechas.
No llega,
y no se cierran mis ojos, mis oídos ni mis piernas.
Él no está.
Condenado al arribo de su nombre, el deseo tiembla.
No llega...............................................................
La campana de mi cadera plañe de derecha a izquierda.
Él NO está,
y he de llamarlo Ausente
o motejarlo de Falta,
o apellidarlo Carencia,
cómo sea…
Lo importante,
el desgarro
lacerante
de la duda
y la certeza
es…
que NO llega.
AMANDA ESPEJO
Publicado en el blog sobrevuelosycaidas
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