jueves, 21 de febrero de 2013

HUELLAS GÉNICAS


En el pueblo siempre hubo comentarios que la madre de Lucas zanjaba argumentando que eran sólo habladurías de gente cotilla. Sucede que desde hace años los últimos miércoles de cada mes el pueblo recibe la visita de un afilador. Y Lucas recuerda que de niño, de más niño que ahora con trece, le gustaba imitar con los labios el sonido del chiflo mientras le veía trabajar en la plaza. Y podría ser fruto de la casualidad, pero últimamente cree que no. Como tampoco que su padre se encontrara ausente largas temporadas ni que en casa estuvieran los cuchillos perfectamente afilados ni que las pecas se han hecho cada vez más visibles en todo su cuerpo.

DAVID MORENO
Publicado en el blog microseñalesdehumo

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