miércoles, 20 de febrero de 2013

ERES CANCIÓN DE ALCOBA


Eres canción de alcoba, si intrigante,
diáfana también, que se descubre,
pero antes se sugiere. Cada nota
se inicia pianísimo, y afluye
a un crescendo sensual que al fin culmina
en trémolo encendido, hasta el derrumbe.
No eres siempre la misma. Ni en acústica
ni en interpretación. Ávida irrumpes
sobre mi piel en voz de clarinete,
rasgueo de violines, de laúdes.
Sabes pulsar mis teclas más recónditas,
que de tu propio recital se nutren.
Yo tengo mi canción, mas la acomodo
al ritmo y vibración que de ti surgen.
El adagio progresa hacia el allegro,
y adquiere intensidad de excelsitudes,
tú y yo a dúo, en acción, sintonizados,
en dos voces que casi se confunden.
Somos canción de alcoba,
y a nuestro repertorio contribuyen
tonadas de otras gentes, melodías
reflejando ansiedades o costumbres,
anhelos o experiencias,
que a través de la música traslucen
cuanto vivieron ellos,
cuanto emular quisieran, cuanto intuyen.
Y ese acervo de técnicas
deviene herencia nuestra, nos induce
a improvisar atmósferas sinfónicas
que alma y piel nos capturen.
Ensayemos, mujer, tanta armonía,
como en nuestros sentidos se produce.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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