Es posible que se trate del Loco Feroz.
La última vez se comió las naves de la Catedral de Santa Ercilia.
¡Es pasmoso!
Efectivamente, se come todo lo que se le cruza en el camino: camiones cisterna, monumentos, edificios
de la banca internacional, congresos, vidrieras de moda.
¿Todo?
Bueno, no exactamente. Ovejas, no.
Manuel Arduino Pavón
Publicado en la revista LetrasTRL 54
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