lunes, 4 de junio de 2012

REAL


Hay días en que me levanto, y clarividente,
compruebo con asombro que la realidad existe,
que no todo es un sueño atroz.

Si descuelgo los ojos por entre las grietas
resecas de los días,
lo real me apuñala con su daga traicionera.

Como si empezara a pagar ahora
los pecados de infancia,
jugueteo al límite de lo innegable.

Si toco el horizonte con mis muñones
y es cierto todo,
me desnudo a bocados de la piel hacia dentro.

Como si de una joroba multicolor
renqueara escondido,
despliego mi desvestido corazón.

Si de mi vientre supuran mil ombligos,
no es por mis mil vidas manoseadas
que ya no son.

Si los halagos a sangre y fuego
resbalan por mi escudo de sapo
es que todo es real.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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