La Feria del Libro de Autor tiene lugar en forma paralela a la Feria de la Palabra y se desarrolla en el mismo horario en el que la Feria funciona.
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l espíritu de la Feria del Libro de Autor es permitir que el lector y asistente a la Feria de la Palabra, conozca directamente al autor y que pueda llevarse un comentario y su firma en el libro por un lado, mientras que el autor conocerá a sus lectores y sus inquietudes y dudas por el otro, mientras que el dinero resultante de la venta del libro le llegará directamente sin las intermediaciones de las librerías o editoriales por el otro.
En muchas áreas de la cultura, existen libros de gran valía que no forman parte del negocio editorial porque jamás se convertirán en best-sellers, por lo que es muy difícil que el autor de un libro de poesía o filosofía, por ejemplo, la posibilidad de editar en grandes sellos.
En sus primeras ediciones, la Feria del Libro de Autor también mostró otras publicaciones alternativas al libro y que actúan como difusoras de material sumamente valioso como revistas, plaquetas, discos compactos, folletines o fanzines, e inclusive calendarios mapuches en los que se explicaban símbolos y partes de la cultura originaria patagónica.
La Feria del Libro de Autor reconoce la necesidad del espacio para una infinidad de autores de gran valor cultural que alimentan la historia, no solamente de la ciudad o la región, sino de la Nación, y brinda el lugar a la práctica que se ha generalizado de que sean los mismos autores quienes solventen los costos editoriales y se conviertan en sus propios promotores, publicistas, vendedores y distribuidores, y que sin dudas se posicionan en la “vereda de la sombra” en la calle cultural, creando esa “otra” cultura, la no oficial, la que difícilmente aparezca en los suplementos culturales de los medios masivos de comunicación, y la que suena igual pese a todas las frazadas que pretenden acallar esa otra campana.
La Feria del Libro de Autor ubicada en el centro de la Feria de la Palabra, resultó ser una de las mejores ideas que surgieron en ediciones anteriores, no solamente por el éxito en las ventas, sino porque resultaron ser verdaderas ferias “del Autor al Lector”, sin exageraciones ni slogans vacíos de contenido.
RUBÉN GÓMEZ
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