martes, 7 de febrero de 2012

POEMA

LA TARDE

Tranquila, apasible,
dulce como algodón de azúcar,
silenciosa, amable,
donde todo vuelve a la calma,
a encontrar su sitio,
buscando los caminos del alma.

Impregnada de pálidos pájaros,
con sabor a cálidos besos,
a sentimientos y añoranzas
donde los sueños se agrandan
y juegan con las copas de los árboles
a quijotes y sancho panzas.

Miradas directas al corazón,
cuando mi mano busca tu mano
y mis ojos tu cercanía.
Las luces bailan despacio
mientras suena el piano,
enamorando toda la atmósfera que habito.

Y las horas ya no existen,
se fueron con el atardecer,
cuando el ocaso explosionaba
en un mar de colorido, pasión y ternura,
como una amante apasionada,
coronada por un cielo mortalmente herido.

Sentía como se me escapaba
por el horizonte de sangre y fuego.
Majestuosa y hermosa,
como una diosa soberana,
dejando presas mis pupilas,
aquella preciosa tarde de noviembre.

JOSÉ MARÍA RAMÍREZ RUBIO-Arcos/Conil-

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