MAR DE PLATA
Rasga el aire una guitarra,
un cante brota del pecho,t
timbrando la voz se escapa,
entre mares de viveros.
Recorren gotas extrañas,
la frente del jornalero,
que van cayendo a la tierra,
entre suspiros y anhelos.
Vienen y se van las olas
mostrando mares de plata,
por entre surcos sembrados
como soldados que aguardan.
Siempre solos, como el viento.
Siempre con la sombra a cuestas.
Siempre esperanzado el pecho.
Siembras que de Dios cosechan.
3º Premio Almería 1994
Mayte Andrade/Benicarló-Castellón
sábado, 11 de febrero de 2012
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