El Gran Hermano¡Ay, el “Gran Hermano! No es un programa de televisión, no, ¡ojalá sólo fuese eso! Entonces sí que podríamos librarnos de él pulsando el interruptor. No, el “Gran Hermano” está a nuestro alrededor, invadiendo el ambiente, infiltrándose por cada uno de los poros de todos y todas nosotros y nosotras. Nos empapa, nos ahoga, nos transforma, nos convierte.
El “Gran Hermano” sigue incansable su senda; el camino único, el horizonte despejado que debemos mirar como alternativa válida. El camino sin cruces, sin atascos, sin desvíos... Todos en fila india, siguiendo a un “líder” incuestionable. Todo el mundo dejándose llevar, que es más fácil.
El “Gran Hermano” nunca duerme, no hay que confiar en él, aunque venga vestido de bella dama o galante caballero.
Francisco J. Segovia-Granada-
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