Don Miguel Calderón de la Barca (1653-1720) natural de Conil, oidor de la Real Audiencia de Nueva España, fue el más importante benefactor del patrimonio artístico de su pueblo natal. El próximo 14 de diciembre se conmemora el III centenario de su muerte, efeméride que debemos y tendremos presente para poner en valor su sin igual legado, del cual, gracias a doña Leticia García de Ceca Sánchez del Corral, tenemos bien documentado.
A nuestro pueblo legó numerosas obras de primer nivel que desde su ejecución y hasta nuestros días, han estado presentes en las celebraciones más importantes de la vida litúrgica de nuestra feligresía, así como en el sentir devocional de muchos conileños.
Desde la custodia guatemalteca que hoy manifiesta la presencia viva de Cristo en la fiesta del Corpus, hasta el histórico lienzo de la Virgen de Guadalupe, signo rotundo de la presencia del Nuevo Mundo en nuestra ciudad, pasando por el marfil del crucificado sangley entre otras piezas.
En el presente las "ofrendas" de Calderón se encuentran repartidas entre el antiguo Convento de Mínimos y la Capilla del Jesús, otros objetos de modesto valor ofrecidas a la Capilla del Espíritu Santo han desaparecido.
MANUEL CORTÉS
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